Cuando empecé a escribir en este blog uno de mis objetivos era que mis hijos o las personas que me leyeran tuvieran una especie de manual de como fui transitando y viviendo cada etapa de mi vida, desde que murió mi mamá fue cuando me empecé a preguntar qué sentiría y pensaría ella cuando tenía mi edad, como resolvió tal o cual problema y para entonces ya no estaba para contármelo, supongo que siempre lo necesite pero al tenerla cerca siempre piensas que estará ahí para preguntarle o para que ella te oriente aun sin preguntárselo y es por esto que quiero dejar este testimonio para que cuando alguien lo necesite lo encuentre , no digo que todos somos iguales y que resolvemos y pesamos de la misma manera pero quizá si puedas decir ¡ mira ! no soy el único o única que sentí o pensé así o ¡ mira ! Esto me puede servir, entonces les platicare cómo fue mi adiós al 2018 y mí hola al 2019.
Empezaré por contarles que desde hace 38 años mi marido y yo no habíamos pasado una noche vieja solos el y yo, no puedo decir que es bueno o malo solo diferente, bueno para mi que la soledad no es lo mío, salvo cuando yo la elijo no es que me encantara la idea, pero gracias a Dios tengo a mi marido y la verdad la pasamos “a gusto y en paz”, bueno el caso es que cuando eres joven o por lo menos en mi caso, los años pasaban y pasaban y si, el 31 de diciembre era un día diferente pero mas bien nos divertimos, tratábamos de hacer cosas como las que hacen todos, calzones rojos, velas, buenos deseos, barrer, esconder monedas, pasear maletas, y en todo esto la pasabas genial, pero aunque uno piense que estas cosas duran para siempre no es así y cada etapa de to vida va pasando y cambiando y entonces ya no lo vives igual, ya no sientes igual y como al vivir vas teniendo pérdidas muy fuertes de amigos, de esos amigos que la pasaban contigo, cuando se dice ADIOS es imposible no pensar que de verdad es adiós que ya no volverá y que esas etapas que disfrutaste tanto nunca jamás se repetirán y entonces el HOLA ya no es tan espectacular y tan lleno de felicidad, pues en tu mente te dices y este año ¿Que perderé ?quizá hasta me pierda a mi misma y aunque te hace valorar más lo que tienes, lo que Dios te ha permitido tener, también te das cuenta que tus sueños ya no son como antes en que decías este año tal o cual cosa y el que viene esta otra y esta otra y dentro de 10 espero tener esto o cumplir aquello, ahora es más vivir el día a día y los planes se viven con miedo, y en estas fechas siempre hay un dejo de tristeza.
Cuando esto sucede tienes que redoblar los esfuerzos para que cada mañana esa alegría esté presente y esforzarte el doble para no venirte abajo y continuar viendo la vida como un arcoíris llena de color y de sorpresas nuevas.
En mi caso cada año empiezo poniéndome metas que me traen nuevas experiencias amigos y vivencias.
Esta es Amparo reportándose
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