España es la tierra de mi padre y también de mi marido y en esta ocasión nos venimos a pasear y recordar tantas y tantas cosas que tenemos tatuadas en el corazón. Cuando me subo al avión en esta ocasión pensé que la vida corre demasiado rápido y aunque a lo largo de tu vida te lo dicen constantemente y si, lo vas notando es cuando tienes cierta edad que te des cuenta que todo paso sin que te dieras cuenta bien a bien donde se metieron todos esos años. Me acorde de cuando tenia tres niños chiquitos y los subía al avión ya en pijama para que durmieran todo el vuelo y a veces así sucedía y otras ocasiones no, pero era maravilloso irnos de viaje, yo lo empezaba a disfrutar como cuarenta y cinco días antes, desde comprar la bolsa que usaría todo el verano dependiendo de las necesidades de cada momento, al principio muy grandes para poder meter en ella suéteres, juguetes, medicinas urgentes, ligas para el pelo toallitas por si acaso, algo para comer en momentos difíciles en fin un poco de todo. Luego ya muchas cosas no fueron necesarias y mis bolsas empezaron a ser mas pequeñas. Una de las veces mi hijo pequeño tenía tan solo cuatro meses pero todo era felicidad, nos sentíamos ademas de emocionados todo poderosos, jóvenes que todo lo puedes y así es, no piensas en dificultades y si se presentan las resuelves en el momento y no las anticipas o las imaginas y por lo tanto no te generas estrés, aunque es mucha chamba cuidando niños pequeños, te encanta tenerlos contigo y que aprendan muchas cosas que en el momento ni cuenta te das y con el tiempo te percatas cuanto aprendieron . En aquellos ayeres no existían ni el wifi, ni google maps, ni waze, nos movíamos con mapas de los de papel que comprábamos en las librerías o en su defecto en la gasolineras, a mi mi marido me enseño a usarlos cuando nos fuimos de luna de miel fue complicado al principio pero luego ya lo domine. Siempre pasábamos unos días en Madrid y luego nos trasladábamos al pueblo de mi papa donde tenia una casa a la que llegábamos muy ilusionados a los pocos días se nos unía mi suegra que junto con mis papas y tíos formábamos el grupo completo; que tiempos aquellos hoy todo a cambiado ya los tíos padres y suegra murieron y nosotros ya no tenemos una casa a donde llegar, pero como la tierra jala y jala mucho aquí estamos otra vez en una casa que alquilamos, en donde ahora nosotros somos los abuelos y en este momento estamos esperando que lleguen poco a poco los hijos con sus respectivos marido y mujer y los nietos que van a conocer por primera vez estas tierras.
Mi marido y yo estamos muy contentos de reunirnos todos y que los niños aprendan muchas pero muchas cosas, como lo hicieron mis hijos que aprendieron a querer esto y por lo tanto quiere regresar.
En esta ocasión también nos acompañaran nuestros consuegros y su hija pequeña por lo que toda la felicidad se multiplica.
Ojalá y tu también tengas este tipo de experiencias.
Esta, es Amparo reportándose.
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